Sebastián Benavides

“Estamos demostrando que la creatividad boliviana es de exportación. Nuestro rol es profesionalizar el arte y el diseño, exigir la excelencia y usar las plataformas digitales”

A sus 21 años, cursa el tercer año de Licenciatura en Creación Sonora en la Universidad de Palermo, en Buenos Aires, Argentina. “Empecé a hacer música a los 15 años, en un pequeño home studio que armé en mi casa. Luego dejé la música por unos tres años y retomé mi carrera musical a los 18, apenas llegué a Buenos Aires para estudiar”, nos cuenta para comenzar esta entrevista y agrega: “Llevo tres años haciendo música desde entonces y formé una banda llamada Sweet Sexy Jesús, en la que soy el vocalista. La banda comenzó con un compañero de la universidad, Mathias, y ambos tuvimos que asumir distintos roles dentro del proyecto: a veces uno tocaba el bajo, el otro la guitarra, y así fuimos sacándola adelante. Hace un año se sumaron dos integrantes más y, desde entonces, componemos los cuatro juntos, sin roles fijos”.

“Los logros que considero más importantes en mi carrera musical son, principalmente, emocionales. El hecho de poder crear una canción que me llene el alma y me satisfaga a nivel personal es algo que me tomó mucho tiempo lograr. Haber podido culminar no solo un proyecto, sino, hasta el momento, siete, diría que es el mayor logro de mi carrera. Otro logro muy importante ha sido encontrar un grupo de personas con quienes puedo compartir mi pasión y llegar a acuerdos creativos. Esto conlleva mucho trabajo a nivel personal y emocional. A la vez, la recompensa de ese esfuerzo es un gran aprendizaje, crecimiento personal y musical, aspectos que me han ayudado a convertirme en el artista que soy hoy en día. Por otro lado, están los desafíos, que son muchos y, al igual que los logros, en su mayoría son emocionales. Uno de los mayores desafíos como artista, es poder construir una identidad artística, es decir, lograr que mi personalidad sea reconocible en mi obra. Otro desafío que he atravesado a lo largo de mi carrera es el de presentarme en vivo como banda: coordinar con los músicos para ensayar, vender entradas, promocionar el show, y manejar toda la producción del evento. Organizar a tanta gente y llegar a acuerdos colectivos siempre resulta complicado y representa un reto constante”.

En relación a su generación nos dice: “Nuestro rol es muy importante a nivel social. Tenemos una gran responsabilidad y, desde mi punto de vista, el arte es una de las mejores formas de llegar a las siguientes generaciones para poder cumplir con ella. Estamos atravesando un momento social complejo, en el que las redes sociales y el mundo virtual en general están generando un fuerte impacto en la salud mental. Vivimos en una sociedad donde la soledad no se reconoce y los problemas emocionales se mantienen en silencio; las redes sociales suelen ocultar estas realidades y, directa o indirectamente, están dividiendo a las personas. El sentido de comunidad se está perdiendo y el mundo está siendo absorbido por la individualidad y una idea de éxito superficial y vacía. Tenemos el deber de recordarle a las futuras generaciones que no estamos solos, que hay temas que deben hablarse. Somos humanos y somos seres comunitarios; la unión es la fuerza, como dice nuestra moneda, un mensaje poderoso que poco a poco se está desvaneciendo”.

Finalmente nos manda un hermoso mensaje: “Aprovechen el tiempo con las personas que aman y que los aman. Nunca den por sentado el amor. Si tienen a alguien que los quiera, considérenlo una verdadera fortuna, porque el amor es un privilegio; ser amado es un privilegio. Aprovechen estas fiestas para sentarse con sus seres queridos y darse el tiempo de conocer de verdad a quienes los aman y a quienes ustedes aman. Permítanse también mostrarse tal como son: ábranse emocionalmente, digan lo que sienten, expresen sus emociones. La gente que los ama se lo merece, y ustedes también”.