TST Nº 23
November 18, 2024
CEO y directora técnica Laboratorios Bagó de Bolivia S.A.
A sus 60 años, María Reneé, es sin duda, una de las lideres más queridas y admiradas en el país, pues no solamente ejerce un empoderamiento inspirador desde su lugar de trabajo, sino que también de manera personal: “Soy una mujer de fe, madre de Diana y Joaquín, con el firme propósito de trascender haciendo el bien a la comunidad, alineada siempre con mis convicciones de empoderamiento femenino, sostenibilidad y accountability. Como Bioquímica Farmacéutica, con una maestría en Farmacia Clínica y Gestión Farmacéutica, he complementado mi formación con especializaciones en Administración, Finanzas y Negociación, lo que me ha permitido abordar la industria desde una perspectiva integral. A lo largo de mi trayectoria, he recibido reconocimientos por mi compromiso profesional y mis acciones en pro del empoderamiento femenino. Uno de mis mayores logros ha sido implementar prácticas de sostenibilidad dentro de la empresa, demostrando que esta es rentable y que puede generar un impacto positivo tanto en la organización como en la comunidad. Me enorgullece poder compartir estas experiencias y aprendizajes con quienes desean escuchar y aprender. Además, soy orgullosamente miembro del directorio del Pacto Global, CADINPAZ, Fundación Arco Iris, así como de organizaciones como Women Cainco, Leaders Cainco y Camebol La Paz. En cada una de estas instituciones comparto y promuevo mi propósito personal de trascender haciendo el bien y de impulsar el empoderamiento femenino y la sostenibilidad. Uno de los desafíos más grandes que enfrento es seguir contribuyendo al bienestar de las y los bolivianos en un contexto de retos económicos y de incertidumbre. Sin embargo, cada obstáculo fortalece mi compromiso de marcar una diferencia positiva en nuestra sociedad, avanzando siempre con coherencia y determinación”, nos cuenta y complementa: “Bolivia ha avanzado significativamente en empoderamiento femenino, pero aún enfrenta desafíos cruciales. Actualmente, el país está en una etapa de transformación donde se ha logrado un marco legal que protege y promueve los derechos de las mujeres, especialmente en temas de igualdad de género y protección contra la violencia. Por ejemplo, Bolivia ha adoptado leyes importantes como la Ley 348, que busca garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, y la Ley 243 contra el acoso y la violencia política hacia las mujeres. También se han visto avances en representación política: Bolivia es uno de los países de América Latina con mayor porcentaje de mujeres en el parlamento. Sin embargo, a pesar de estos avances, persisten barreras en la práctica. Las mujeres bolivianas aún enfrentan desigualdades en el acceso a oportunidades económicas y educativas, y se mantienen altos índices de violencia de género. Las brechas salariales y de empleo también reflejan una falta de igualdad real en el ámbito laboral, mientras que el acceso a roles de liderazgo en sectores estratégicos sigue siendo limitado. Las mujeres rurales, indígenas y de sectores menos favorecidos enfrentan además retos adicionales. Para consolidar un verdadero empoderamiento femenino en Bolivia, se necesita fortalecer el compromiso de empresas y organizaciones para crear condiciones de igualdad y empoderamiento en los espacios de trabajo, apoyando el desarrollo profesional y el acceso a puestos de liderazgo para las mujeres. Esto implica, además, que el sector público y privado colaboren en programas que no solo promuevan la inclusión de las mujeres, sino que también generen entornos laborales seguros y propicien una cultura de equidad de género. Desde mi rol como CEO y Directora Técnica, implemento acciones concretas para empoderar a las mujeres dentro de la empresa y en la comunidad, siempre con un enfoque de sostenibilidad. Creemos firmemente en la importancia de medir nuestro impacto para lograr una mejora continua, y en este sentido, utilizamos la herramienta WEP (Women’s Empowerment Principles) de ONU Mujeres. Esta herramienta nos permite evaluar y estructurar nuestras políticas y acciones en torno a la igualdad de género, garantizando que cada esfuerzo que hacemos tenga un impacto real y positivo. A través de la WEP, promovemos políticas inclusivas en el lugar de trabajo, que van desde prácticas de contratación equitativas hasta la creación oportunidades de desarrollo y liderazgo para nuestras colaboradoras. Medir estos avances es fundamental para asegurar que nuestras metas de empoderamiento femenino se cumplan y, además, nos proporciona una base sólida para implementar mejoras de forma continua. Cada dato que recolectamos es una oportunidad para reflexionar y hacer ajustes, de manera que cada año estemos más cerca de un ambiente plenamente equitativo”, nos dice en cuanto a lo profesional y en cuanto a lo personal profundiza: “También dedico tiempo a mentorizar a mujeres en sus carreras profesionales, alentándolas a aprovechar al máximo sus habilidades y a perseguir roles de liderazgo. Creo en el poder de compartir experiencias y aprendizajes, porque cuando una mujer avanza, inspira a muchas más a seguir su ejemplo. Estas acciones buscan no solo generar resultados en el corto plazo, sino también cimentar un futuro sostenible y equitativo para las generaciones que vienen”.
Finalmente, nos deja un importante mensaje: “Estamos a puertas del 25 de noviembre, una fecha que nos recuerda la importancia de unir nuestras voces en contra de la violencia hacia las mujeres. Este día nos invita a reflexionar sobre cómo construimos una sociedad más justa y segura para todas, y nos da la oportunidad de reafirmar nuestro compromiso con un cambio profundo y duradero. A todas las mujeres, quiero decirles: el primer paso hacia una vida plena y libre es el amor propio. Amarse y respetarse una misma significa reconocerse como alguien valiosa, con derechos y dignidad. Inspírense a vivir con un propósito que trascienda, a construir un proyecto de vida que las haga sentir realizadas y a poner en marcha planes de acción para alcanzar sus sueños. Tener un propósito es nuestra brújula en la vida y el motor que nos impulsa a avanzar, incluso en los momentos difíciles. En este camino, es fundamental no callar. Cada una de nosotras tiene el derecho de vivir sin miedo, de expresarse libremente y de defender su integridad. Alzamos la voz no solo por nosotras mismas, sino también por todas aquellas que aún no encuentran la fuerza para hacerlo. Juntas, somos capaces de cambiar el mundo, de poner fin a cualquier forma de violencia y de construir espacios donde cada mujer se sienta segura y respetada. Que este 25 de noviembre sea una oportunidad para inspirarnos mutuamente, para recordar que somos valiosas y para reafirmar nuestro derecho a una vida libre de violencia. Nos merecemos un futuro donde el respeto y el amor propio sean el fundamento de nuestras relaciones, y donde cada mujer pueda vivir plenamente, sin temor, con sus sueños y propósitos intactos”.