Esta joven y hermosa ejecutiva, practica equitación desde los 6 años. “Desde que tengo uso de razón siempre me han encantado los caballos, acompañaba a mi hermana a sus clases y mi mamá también hace equitación”, nos cuenta para comenzar y agrega: “Para mí la equitación es mi cable a tierra. Intento llegar temprano a la oficina para poder darme tiempo al final de la tarde para montar. El hecho de equilibrar las dos cosas me obliga a ser más eficiente en las horas que tengo para mis tareas y actividades. Estar en la naturaleza, en contacto con los caballos, y enfocarme completamente en lo que estoy haciendo, me permite desconectarme completamente”.
Lara nos dice que, así como su carrera, la equitación demanda mucha disciplina y organización, y eso la ayuda a ser más eficiente con sus tiempos. “También me enseñó que las cosas toman tiempo, que hay que tener paciencia y dedicación, y así uno logra cumplir sus metas. Y si algo no sale bien, se empieza nuevamente. El deporte no sólo es físico, también es mental. ¿Cómo manejar la presión y el estrés que pueden venir con la competencia? Admito que es la parte más difícil. En la equitación no solo dependes de ti y tu estado de ánimo, sino también el de tu caballo. Y las condiciones perfectas para entrenar y competir existen pocas veces. Intento no darle espacio permanente a los pensamientos y sensaciones negativas, más bien verlas como potencial para mejorar. Y la clave está también en la gente que te rodea, que te motiva y no pierde la fe en ti cuando tú estás por hacerlo”.
Finalmente, aconseja a los que quieren seguir sus pasos, que la equitación es un deporte que demanda mucho tiempo y dedicación, pero también te devuelve mucho. “Los caballos son los animales más nobles y tener la oportunidad de compartir unas horas al día o a la semana con ellos, realmente es un regalo. ¡Paciencia y confianza en el proceso!”