Nos sentimos privilegiados de poder tener en portada a una eminencia de nuestro futbol, más aún, en momentos en los que necesitamos ser optimistas y recordar los momentos de felicidad, como fueron aquellos en los que Guido era presidente de la FBF llevando a Bolivia al Mundial de 1994.
"El gran desafío era clasificar en una región dominada por el fútbol del Río de la Plata, pero Bolivia estaba lejos de lograrlo. Sin embargo, teníamos la ventaja de contar con la experiencia de dirigir al Bolívar durante más de 10 años. Sabíamos que no sería fácil, especialmente considerando las limitaciones de infraestructura en La Paz. Con determinación y visión estratégica, supimos cómo enfrentar este desafío”, así comienza Guido, con su acostumbrada sencillez y elocuencia esta entrevista en la que le pedimos que nos cuente sobre nuestra ida al Mundial, y continúa: "La clave fue asegurar a los mejores jugadores. Recuerdo mi viaje a Porto para negociar con el presidente del Boa Vista, el Coronel Logreiro, quien a cambio de una póliza de un millón de dólares, accedió a ceder a Edwin Platini Sánchez, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores. Lamentablemente, no logré habilitar a Chichi Romero, el mejor jugador disponible, debido a complicaciones políticas".
También recuerda detalles que nos emocionan como si hubiera sido ayer, como la preparación que fue intensa en el CAR de Barcelona y para lo cual contrataron a técnicos de renombre como Pachame y Habegger, además de incluir a Xavier Azcargota, quien tenía experiencia en la liga española. “El profesionalismo y valentía con la que enfrentaron los desafíos fueron fundamentales para nuestro éxito".
En nuestra charla con Guido es imposible no admirarlo al recordar la resiliencia de esos momentos con frases como: "En un entorno donde el dinero escaseaba, logramos clasificar segundos con tres plazas y media disponibles para Sudamérica" o "Tomar en serio el fútbol significó rodearme de dirigentes inteligentes y exitosos, así como proporcionar las mejores condiciones a nuestros jugadores y adoptar métodos de entrenamiento innovadores" y también reconocer la importancia del deporte como agente de cambio: "El impacto del deporte en la sociedad es enorme, genera unidad, orgullo y sentido de pertenencia. Durante aquel tiempo, todos nos sentíamos triunfadores, incluso cuando sufrimos derrotas contundentes. Nada podía arrebatarnos la satisfacción de haber logrado tanto".
“Hay que pensar muy bien en las razones no futbolísticas para el éxito futbolístico, por dar un ejemplo, yo trabajaba en ese momento con Pelé, él me dijo que el presidente de Umbro estaba llegando a Argentina y que viaje para hablarle de Sponsorear a nuestra selección y lo logramos, ese año fuimos al mundial, vistiendo la misma marca que el campeón mundial”.
“Junto a Lothar Kersher y mi hijo Alvaro, entrevistamos a Xavier para que sea el que comande la selección del 94 ".