“Pasando el tiempo me di cuenta de que me gustaban al 100% las chicas y actualmente mi familia me acepta por lo que soy, me apoya y eso me hace muy feliz”
Gaby

“Actualmente como comunidad se sigue desafiando la homofobia, bifobia y transfobia, la exclusión social y hasta la violencia física y psicológica”
Miranda

Gabriela considera que existen avances que hay que reconocer, pues pensar que dos personas del mismo sexo puedan casarse y gozar de los mismos derechos que el resto de las parejas era inimaginable hasta para el propio colectivo LGTB. Pero la velocidad a la que las sociedades han venido evolucionando en una parte del mundo ha hecho posible que estas uniones sean hoy una realidad. Al mismo tiempo, muchas leyes protegen a la comunidad frente a la discriminación por orientación sexual y en la mayoría de los países occidentales la homosexualidad se ve como algo normal. Sin embargo, considera que aún falta mucho para igualar los derechos de este colectivo y que aún persiste el desafío para aquellos que persiguen y castigan, incluso con la pena de muerte a los homosexuales. Para Miranda todos somos iguales y no por tener otra orientación sexual somos diferentes, amamos diferente, pero tenemos los mismos derechos, de amar, ser amados y poder tener una familia. Actualmente como comunidad se sigue desafiando la homofobia, bifobia y transfobia, la exclusión social y hasta la violencia física y psicológica.

Actualmente, mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo es ilegal en 78 países, nos dice Gabriela preocupada y nos cuenta su experiencia personal: “Vengo de una familia bastante conservadora, donde creo que desde que nací vine a romper estereotipos, al principio mis padres creían la típica historia de que “algo pasajero” se te va pasar, fui a psicólogos y demás, hasta que les dije que lo que sentía era real, que mi atracción hacia las chicas era algo que sentía y que me sentía hasta ese momento Bisexual, pues aun sentía algo de atracción por los hombres, pasando el tiempo me di cuenta que me gustaban al 100% las chicas y actualmente mi familia me acepta por lo que soy, me apoya y eso me hace muy feliz”.

Por su parte Miranda nos cuenta que creció en un ambiente que era un poco más normalizado con este tema, a pesar de que su entorno era bastante religioso, “desde niña me enseñaron que la comunidad LGBTQ+ no era  “anormal” como muchas personas se referían, mi abuela a pesar de ser muy religiosa jamás deseo el mal a las personas de la comunidad ni mencionó el típico comentario de “se irán al infierno” siempre defendió a la comunidad del odio, tuve la suerte de crecer con alguien así a mi lado desde pequeña, por lo que mi proceso a pesar de no ser muy juzgada y sabiendo claramente mi orientación sexual,  fue difícil lidiar con la sociedad. Lo que si tengo claro es que ni lo cultural ni lo religioso es excusa para no entender que amor es amor y se respeta”.

Finalmente, Gabriela aconseja a las personas que están atravesando por este proceso que simplemente hagan lo que sientan que esta correcto en su corazón, que no están solos y que LOVE IS LOVE, que no es fácil conocerse y descubrirse pero que no hay como ser uno mismo.