Pero la realidad es diferente: la moda y el fútbol se unen por las necesidades del mercado en cuanto a identidad, pertenencia, orgullo y mucho más. Hoy en día el fútbolista dejó de ser un simple jugador para convertirse en un emblema, que, para las marcas y el capitalismo, es un negocio multimillonario.
Algunos aspectos de esta relación entre la moda y el fútbol pueden verse plasmados en las camisetas de los dos equipos paceños más reconocidos: Bolivar y The Strongest.
Seguramente muchos pueden notar las diferencias entre ambas camisetas de estos equipos. La diferencia año tras año puede no parecer muy significativa, pero en el diseño lo es.
Y esto no es coincidencia o capricho de la persona o la marca encargada de hacer los uniformes del Bolivar y el Tigre. Es la demanda.
En el 2018 importaba mucho darles lugar a los los patrocinadores, el posicionamiento de marcas externas a los equipos y la competencia de cuánto dinero pueden poner y estar presentes en cada partido y que la gente las note. La estética y el diseño, pasaban posiblemente a segundo plano. Esto causaba discusiones y comentarios cada vez que se cambiaban de patrocinadores, si alguno ya no se lo iba a poner en la camiseta o cual era el nuevo logo de la temporada. Pero no mucho más.
Los fieles hinchas de cada equipo compraban estas camisetas para apoyarlos desde sus casas o en el estadio, y muy pocos salían con ellas a la calle. Y ahí el gran salto de la influencia del mercado.
Hoy en día no se busca solo la pasión, se busca el estilo. La competencia ya no está solo en la cancha, está en las calles. Que equipo tiene la mejor polera es una eterna discusión entre los hinchas, a veces la victoria es obvia y otras veces no se podrá llegar a una decisión final.
Las camisetas de este año de ambos equipos merecen un aplauso, un reconocimiento a la visión de ser clubes reconocidos a nivel internacional, no solo en la cancha, pero sino institucionalmente.
El diseño es simple, el protagonismo está en los colores que marcan la identidad del club, de los jugadores y los hinchas. Uno como consumidor quiere comprar esa polera y llevarla con orgullo, desde un partido de Copa Libertadores para poder besarla en cada gol o para quitársela y con ella cantar hasta quedar roncos. Pero también llevarla en la calle y disfrutarla, haciéndole saber a la gente el equipo de sus amores.
La moda, el fútbol y el mercado son cíclicos. Como hinchas y consumidores nos queda estar a la expectativa de los nuevos diseños, de la nueva camiseta que nos representará por un tiempo definido. Y en ese tiempo nos queda el apoyar a nuestros equipos paceños con la pasión, que eso sí, debe mantenerse en el tiempo.