TST Nº 22

October 21, 2024

Canela Ugalde

Directora de Neo Galería y Huella Escuela de Arte, Presidenta Fundación Gastón Ugalde y Gestora cultural

A sus 34 años Canela, heredó de su papá y su familia, mucho más que el amor por el arte, pues es gestora y promotora cultural con una visión innovadora y amplificadora de este. “Estudié Negocios Internacionales en La Paz, con la idea de hacer algo distinto al arte, y aunque si me encantaba, tenía la sensación que algo faltaba. Mi papá y mi hermano intentaron llevarme más hacia el mundo del arte, pero yo creo que sentía mucha presión. Tuve varios intentos fallidos: colaboré con ellos y hasta abrí mi propia galería cuando tenía 20 años, pero algo no se sentía bien. Creo que fue un poco por casualidad que en la pandemia empecé a trabajar en la galería Puro. Fue en ese momento, con ninguna expectativa, que empecé a disfrutar del arte. Comencé a verlo como un lugar donde podía hacer una diferencia y tenía algo que aportar. Poco tiempo después, junto a mi papá, decidimos abrir Huella, con la idea de crear una escuela de arte y de alguna forma acercarnos a un público más joven. Al principio, comenzamos pequeño, pero Huella fue tomando forma, creando su propia identidad. Mi papá siempre creyó en mí, en mi potencial como gestora cultural. Me empujó a probar cosas nuevas, a salir de mi zona de confort, incluso cuando yo no me sentía lista. Esa confianza me permitió explorar y, finalmente, sentirme muy cómoda y feliz con mi trabajo. Hoy, dirijo Neo Galería y Huella Escuela de Arte, además de estar a cargo de la Fundación Gastón Ugalde que tiene muchos proyectos a futuro, y cada día me siento agradecida de poder contribuir al desarrollo de la escena artística de mi país”, comienza y continúa: “Siento que la industria creativa, y en particular la economía naranja es más relevante que nunca aunque parezca contradictorio. Creo que la economía naranja es un motor super potente en el mundo, y Bolivia tiene todo lo necesario para utilizarlo como herramienta para enfrentar esta crisis. Cada vez más personas comienzan a entender el valor que tiene la cultura y la creatividad, no sólo como herramientas para la expresión artística, sino como motores económicos que pueden transformar comunidades enteras. Lo que me parece fascinante de este momento es que la economía naranja ha comenzado a conectar a los creativos con nuevas formas de generar impacto, no solo en el ámbito local, sino también internacionalmente. Vivimos en una era donde el arte, la tecnología y los medios digitales están más entrelazados que nunca. Las fronteras para la creatividad se han expandido gracias a las redes sociales, las plataformas virtuales y las colaboraciones globales. Creo que estamos en un punto crucial en el que las ideas y los proyectos creativos pueden realmente transformar realidades, y trascender fronteras de forma más fácil que nunca. Creo que en Bolivia todavía estamos comenzando con este tema, se necesitan más actores en cada industria. Por ejemplo, para el arte, no sólo se necesitan artistas, también se necesitan galerías, museos, escritores y un público que sienta orgullo de lo producido nacionalmente. Lo mismo aplica para todas las otras áreas de las industrias creativas”.

Canela considera que uno de sus mayores logros ha sido establecer Huella como escuela de arte. “Comenzamos con apenas uno o dos talleres al mes, un equipo de dos personas y un pequeño grupo de 10 alumnos al mes. Hoy, después de mucho trabajo y dedicación, hemos logrado crecer a más de 15 talleres mensuales, un equipo de 8 personas y más de 80 alumnos al mes. Es emocionante ver cómo Huella se ha convertido en un espacio vivo y vibrante, un lugar donde cada vez más personas descubren y exploran el arte. En Neo, cada exhibición que organizamos es un logro en sí mismo, pues tenemos la oportunidad de trabajar con artistas que me encantan y que considero son los más influyentes del arte contemporáneo en Bolivia. Y, por último, el establecimiento de la Fundación Gastón Ugalde es un sueño hecho realidad. Lo que comenzamos hace más de 10 años en familia hoy me permite seguir con la filosofía que mi papá me inculcó, trabajando en proyectos que abarcan desde un museo, la creación de su archivo, hasta un hotel/museo en el Salar, el lugar que más amaba. El reto más grande, sin duda, ha sido seguir adelante sin mi papá, que no sólo era mi socio y mentor, sino mi compañero en cada proyecto. Pero es justamente el amor y la pasión que compartíamos por lo que hacíamos lo que me impulsa cada día a continuar con los sueños y proyectos que construimos juntos”.

Entre sus planes a futuro, nos cuena que el más grande y emocionante es la construcción del hotel que diseño su papá, el reconocido artista Gastón Ugalde (+), que se llamará “Casa Gastón” en el volcán Tunupa a orillas del Salar de Uyuni, “Es un proyecto que marcará un antes y un después para el turismo de Bolivia. Con la Fundación también me emociona empezar con otro tipo de proyectos, como el de un concurso anual en honor a mi papá, y la creación de museos y centros culturales a nivel nacional”.

Finalmente aconseja a los más jóvenes que el dinero no puede ser lo que los motive; “Creo que el trabajo que uno hace tiene que tener un objetivo más grande que eso, tiene que ser un proyecto en el que creas tanto, que no exista la posibilidad de no hacerlo. También creo que hay que tener mucho compromiso y orgullo para que el trabajo sea un lugar donde te encante ir, que quieras mejorar porque lo veas como un reflejo de ti misma. Y disfrutarlo lo suficiente cosa que cundo te equivoques tampoco te castigues demasiado, sólo lo veas como una lección y que hay que seguir”.

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