27/11/2024
La actividad, realizada el pasado 27 de noviembre, destacó los valores de reconciliación y cooperación entre ambas naciones
En un evento organizado por la Embajada de Argentina, la Embajada de Chile y la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede, se conmemoraron los 40 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile con la proyección de la película “Mi Mejor Enemigo” en la Cinemateca Boliviana. La actividad, realizada el pasado 27 de noviembre, destacó los valores de reconciliación y cooperación entre ambas naciones.
El Embajador de Argentina, Marcelo Massoni, y el Cónsul General de Chile, el Embajador Fernando Velasco, presentaron la proyección del film, una coproducción chilena, argentina y española dirigida por Alex Bowen. Estrenada en 2005, la película aborda desde una perspectiva crítica el conflicto del canal de Beagle, que enfrentó a ambos países en diciembre de 1978, y reflexiona sobre la humanidad compartida incluso en tiempos de tensiones fronterizas.
El Tratado de Paz y Amistad, firmado en 1984, marcó el fin definitivo del conflicto territorial en la zona del canal Beagle, estableciendo límites claros entre ambos países desde el canal hasta el cabo de Hornos. Este acuerdo fue posible gracias a la mediación de la Santa Sede, liderada por el Papa Juan Pablo II, quien desempeñó un papel clave en evitar que las tensiones escalaran a un enfrentamiento armado.
Durante la proyección, los presentes reflexionaron sobre el impacto del conflicto, la importancia del diálogo y el valor de la diplomacia para resolver disputas territoriales. La película, centrada en un grupo de soldados de ambos lados atrapados en un escenario de incertidumbre, evidenció la inutilidad de los conflictos bélicos entre vecinos y puso de relieve la necesidad de construir puentes de entendimiento.
El evento fue un recordatorio de cómo el Tratado de Paz y Amistad sentó las bases para una relación bilateral más sólida, basada en la colaboración y el respeto mutuo. Tanto Argentina como Chile han trabajado desde entonces en fortalecer sus lazos en diversas áreas, demostrando que las diferencias pueden superarse con voluntad política y mediación internacional.
La conmemoración también destacó el papel de la Santa Sede en este proceso, subrayando la importancia de buscar soluciones pacíficas en el marco del derecho internacional y la diplomacia.
La actividad cerró con un cóctel en el cual todos compartieron diferentes platillos tradicionales de cada país y un mensaje conjunto de ambas representaciones diplomáticas, reafirmando el compromiso de ambos países con la paz, la cooperación regional y la construcción de una amistad duradera que inspire a otras naciones en el mundo.