Esta emprendedora cruceña destacada, a sus de 41 años a cargo de marcas reconocidas en el ámbito de la cafetería y la alimentación en Bolivia, como Amé Specialty Coffee, Alquimia Specialty Coffee Shop, y la franquicia de yogurt helado Llaollao. Su trayectoria comenzó con un sueño de ser médico, pero se transformó al estudiar Contaduría Pública en la Universidad Católica de Santa Cruz. Complementó su formación con dos maestrías en Madrid, lo que amplió su perspectiva empresarial.
Alejandra inició su carrera en Supermercados Fidalga y se destacó en atención al cliente. En 2016, al regresar a Bolivia, se convirtió en Gerente Comercial en Fidalga y KAABA Café, y en 2017 fundó Amé Specialty Coffee, motivada por su pasión por el café. Su experiencia como Q-Grader y barista ha sido clave para ofrecer una experiencia de café de calidad en su país. Además, la introducción de Llaollao en Bolivia ha sido un éxito, reflejando su compromiso con la calidad y la innovación.
Acerca de Sanra Cruz, Alejandra afirma que la ciudad enfrenta desafíos políticos y económicos, pero su dinamismo en sectores como la agroindustria y el comercio sigue ofreciendo oportunidades para los emprendedores, quienes deben ser estratégicos en su toma de decisiones.
En cuanto a logros y desafíos nos cuenta que uno de sus mayores logros fue completar sus maestrías en España y obtener el segundo lugar en un concurso nacional de barismo. Actualmente, enfrenta el desafío de adaptarse a un entorno económico inestable, lo que ha fortalecido su liderazgo.
Alejandra atribuye su éxito a una combinación de propósito, enfoque y acción. Su motivación principal es su hijo, y valora la independencia financiera y la creación de experiencias significativas para sus clientes.
Entre sus planes a futuro, esta exitosa empresaria se enfoca en la expansión de sus marcas, adaptándose a las tendencias del mercado y manteniendo la calidad y el espíritu de sus negocios.
Finalmente aconseja para nuevas generaciones que inviertan en desarrollo personal y profesional, rodearse de personas capaces y adoptar una mentalidad de aprendiz. Sugiere un análisis de cinco elementos para fundamentar cualquier emprendimiento: motivación, qué se hace, cómo se hace, ayuda necesaria y origen.
Alejandra es un ejemplo de cómo la pasión, el aprendizaje constante y la conexión emocional con los clientes pueden llevar al éxito en el mundo empresarial.