La mañana del 1 de noviembre, la Casa Museo Inés Córdova – Gil Imaná fue escenario de un evento que reunió las tradiciones de México y Bolivia en torno al “Día de Muertos y Todos Santos”, dos celebraciones con raíces similares que honran la memoria de los seres queridos. La inauguración de los altares fue organizada por la Embajada de México, la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, el Centro de la Revolución Cultural y la propia Casa Museo.

El evento contó con la presencia de destacados miembros del cuerpo diplomático, como el embajador de México en Bolivia, Eduardo Sosa Cuevas, y su esposa; el cónsul de México en Bolivia, Luis Alberto Ancona; el representante cultural David Aruquipa; así como las embajadoras de Palestina, Mahmoud Elalwani y de Francia, Hélène Roos; así como de Venezuela, Anny Pérez y el nuncio apostólico en Bolivia, Fermín Emilio Sosa. Estas figuras diplomáticas, religiosas y culturales acudieron para rendir homenaje y unir lazos a través de esta tradición compartida.

La ceremonia incluyó dos altares, cada uno diseñado para resaltar las particularidades de ambas festividades. El altar mexicano evocó los colores y elementos tradicionales, como el papel picado, las calaveras y el pan de muerto, en un despliegue de color y simbolismo característico. Por otro lado, el altar boliviano rindió tributo a la tradición de Todos Santos, incorporando tantawawas, masitas, frutas, y flores como muestra de respeto y recuerdo a los ancestros.

Este evento no solo celebró la conexión cultural entre México y Bolivia, sino que también acercó al público a una tradición rica en simbolismo y respeto, que invita a reflexionar sobre la memoria y el legado de quienes ya no están.