“Estoy profundamente enamorada de nuestra gastronomía y espero que pronto todos los bolivianos le demos el valor que se merece. Recién cuando viajé al exterior me di cuenta de lo rica que es nuestra tierra, tenemos tantos productos y muchas veces no los aprovechamos”.
En nuestro especial no podía faltar una de las personalidades más queridas de la televisión, pero también reconocida por su alta cocina, la chef Coral Ayoroa, quien comienza esta entrevista contándonos sobre su pasión por la gastronomía: “nació desde una temprana edad y es un legado familiar, pues mi padre era mesero y mi madre, comidera callejera. Cuando llegó el momento de escoger que es lo que haría por el resto de mi vida, la respuesta no estaba tan clara, pero finalmente, fue la sangre la que hizo su llamado”, nos cuenta orgullosa y continua; “luego de mi paso por la universidad, empecé a trabajar en varios restaurantes locales y pasé a ser docente de gastronomía y eventualmente, directora de la misma carrera de la que había egresado. Es en 2011 que mi carrera da un giro importante y gracias al proyecto Melting Pot, visité varios paises alrededor del mundo para aprender de la alta cocina y cuando volví a Bolivia, pude contribuir a mi gastronomía con todo lo aprendido. He trabajado en algunos de los restaurantes más distinguidos internacionalmente (Noma, Malabar, Radio, etc.); sin embargo, mi misión como profesional es reinvindicar la tradición y los sabores de mi tierra. Mi trayectoria incluye contribuciones al restaurante Gustu, Q’atu, las escuela Manq’a, el proyecto de comida callejera Suma Pahyata, ser presentadora del programa “Cocina de Guerra” y por suepuesto, también ser una de los juezas de la edición boliviana de Máster Chef”.
Entre sus principales desafíos, la Chef Coral nos cuenta que considera que uno de los más grande obstáculos que tuvo que atravesar es el de ser mujer, “aunque nuestra gastronomía pueda ser un espacio predominantemente femenino (productoras, caseras, comideras, amas de casa, etc.), la verdad es que la alta cocina sigue siendo un espacio masculino, aunque cada vez lo es menos y por eso creo que debemos celebrar el trabajo de nuestras mujeres en la cocina. Otro reto ha sido intentar que la gastronomía sea tomada en serio; vengo de padres dedicados al servicio y quienes lo tomaban como simplemente un oficio que solventaba sus gastos hasta finales de mes; mucha gente pude ver este trabajo como menos, pero me he esforzado por hacer que la gente vea el valor en el mundo gastronómico y he hecho el mejor intento sin haber nacido en cuna de oro. A veces el trabajo puede ser muy duro y puede que haga que descuide otros aspectos de mi vida; sin embargo, estoy orgullosa de lo que he cosechado”.
Acerca de sus logros, Coral nos dice que más allá de haber trabajado en restaurantes distinguidos o ser jurado en MasterChef, su mayor logro, y uno por el que sigue luchando, es intentar ser una prueba viviente “que las mujeres podemos, sin importar nuestros origenes o nuestras ambiciones. La perseverancia hace mucho”.
Finalmente nos dice que debemos tener un enorme respeto por nuestra gastronomía y también por toda la gente que está detrás de ella y que quizá más que otras carreras, en la gastronomía no puedes depositar toda tu fé en una universidad o escuela de cocina, este trabajo se aprende en cancha y mientras más antes empiezes a trabajar en un restaurante mejor. La práctica hace al maestro y con el pasar del tiempo todos tus esfuerzos darán frutos.
"Si la cocina de tu casa te queda chica, busca en las cocinas de restaurantes y cuando estás tampoco te satisfagan, vé y cómete el mundo”.