Frente a esta afirmación, resulta inequívoco consensuar que ruta debemos seguir las mujeres para visibilizar nuestro aporte en el desarrollo económico, incrementarlo, y además lograr nuestra participación en todos los espacios donde se tomen decisiones.
Recomiendo no evadir el proceso de trabajar con nosotras mismas, con la introspectiva de mirar quiénes somos, cuál es nuestro entorno y dónde podemos obtener nuestra mejor versión para ser mujeres libres e independientes, con plena autonomía para tomar decisiones sobre nuestra vida, nuestro cuerpo y sobre el uso y destino de nuestros ingresos económicos.
Con ese brillo personal que irradia fuerza, hagamos esfuerzos colectivos entre mujeres para ser sororas, hacer negocios, contenernos y exigir en espacio públicos y privados el respeto y cumplimiento a nuestros derechos.
Les pregunto, ustedes consideran que tenemos:
¿Igual representación, participación y liderazgo en todos los niveles de gestión?
¿Igual remuneración por trabajo de igual valor?
Cuando las mujeres estamos empoderadas e incluidas en la toma de decisiones, las economías crecen, las comunidades prosperan y las empresas generan mejores resultados, con impacto indiscutible en la sociedad.