A sus 35 años, Marsia es una de las razones para sentirnos orgullosos de nuestra gastronomia. Hasta hace muy pocos días fue la chef ejecutiva de Gustu restaurante y recientemente fue nominada como la mejor Chef de Latinoamerica, por The Latin America´s 50 Best Restaurants.

Marsia es boliviana, estudió cocina en la Primera Escuela de Hotelería y Turismo de Bolivia y en el Centro de Estudios Hoteleros de Canarias en España. Realizó prácticas profesionales en restaurantes daneses como Studio, The Standard y Geist. Participó en competencias gastronómicas como el Concurso Culinario Azteca, eliminatorias para el Bocuse d´or, y trabajó en varias cocinas del viejo continente antes de regresar a Bolivia.

En 2013 se incorporó al equipo de Gustu, con el sueño de poder hacer lo que más ama en su vida: cocinar, y combinar su habilidad con un objetivo social formando parte de un proyecto con un sueño muy grande: hacer de la gastronomía boliviana un motor de desarrollo socio-económico nacional. Empezó como ayudante de cocina y pasó por todas áreas del restaurante como chef de partie hasta alcanzar la posición de sous chef. Desde 2017, fue Jefa de Cocina de Gustu, donde ejerció gran influencia para la recreación de sabores tradicionales bolivianos con productos nativos en el menú del restaurant que ha sido internacionalmente reconocido como uno de los mejores del continente.

El año 2019 participó en la universidad de Harvard dando una ponencia sobre los cambios químicos y físicos en cocina en las alturas, además de hablar sobre las técnicas de liofilización natural en el altiplano. También es parte del equipo fundador de Sabores Silvestres, proyecto conjunto con WCS, equipo multidiciplinario que busca rescatar y articular productos y productores de la biodiversidad boliviana.

El año 2021 recibió el premio de la mejor chef en Latinoamérica, otorgada por la prestigiosa lista de los World 50 Best Restaurants.  El 2022 fue nominada por la revista THE BEST CHEF AWARD como una de los 100 mejores cocineros del mundo.

“Creo que nuestras economías naranjas, son un mounstro que de alguna manera sigue dormido. Tenemos el potencial en cuanto a diversidad cultural y biológica, paisajes naturales, gastronomía, cultura, artes, música y lo principal TALENTO HUMANO, mucho boliviano con ganas de comerse al mundo”, afirma convencida y complementa: “Creo que tenemos todas las características para ser un país que se desarrolle a partir de un modelo menos extractivista y más enfocado en sus economías naranjas”.

“Necesitamos políticas de estado que sean enfocadas en incentivar  estos sectores; en mi caso un sueño grande es poder hacer de la gastronomía una marca país, donde le abramos las puertas al mundo para que vengan y  distfruten de nuestra cocina callejera, de mercado, restaurantes más modernos o tradicionales, que sea una un atractivo gastronómico donde la gente pueda venir a conocer Bolivia a través de sus sabores y su gente”.

“Que los jóvenes puedan ver a la gatronomia como una gran oportunidad para vivir mejor con un trabajo digno, bien pagado donde puedan quedarse en su país y no pensar como primera opción en fugar al extranjero”.

Su logro más grande fue poder llevar el producto y los sabores de Bolivia al mundo. “Contar historias sobre mi país  a través de mi cocina y que la gente  ponga los ojos en Bolivia como un referente gastronómico. (de a poco y entre muchos cocineros estamos logrando cada vez posesionarla mejor)”.

“Mis planes ahora son en enfocarme en mi nuevo restaurante ARAMI (pedazo de cielo en guaraní) un restaurante el cual van a resumir mis 17 años de experiencia dentro del rubro. Este espacio será un homenaje a insumos de tierras bajas donde trabajeremos con pescados, raíces, frutas, hongos, nueces de palmas y una despensa mas alternativa y  poco explorada de este ecosistema tan vasto que abarca mas del 60% de territorio geográfico de nuetro país. Este se ubicara en Achumani, avenida del aviador que se inaugurará el 30 de noviembre”.