Marcelo es sin duda uno de los oftalmólogos más reconocidos y exitosos del país y un amado papá que nos cuenta un poco de lo que representa la paternidad en su vida: “Ser papá para mí significa: Ser una roca y un lugar blando donde aterrizar. Enseñarles a distinguir el bien del mal o sentarse juntos en silencio. Es un rol que te cambia, te da un propósito, pone a prueba tu paciencia y llena tu corazón”.

Marcelo al igual que todos los bolivianos no puede estar ajeno de la situación actual del país y considera que ante estos desafíos es importante en primer lugar fortalecer el apoyo comunitario: pensar en recursos en común, para ayudarnos mutuamente. En segundo lugar, centrarse en el emprendimiento a pequeña escala, iniciar negocios locales para crear ingresos y autosuficiencia. En tercer lugar, priorizar la educación y las habilidades e invertir tiempo en aprender el uso de herramientas digitales para abrir nuevas oportunidades laborales.

Con relación a equilibrar la vida familiar con su profesión nos dice: “reservo un tiempo sagrado con mis hijos, sin interrupciones laborales. Mezclo un poco los mundos, incluyendo a mis hijos en lo que hago, como explicarles mi trabajo de una manera fácil de entender o dejo que me ayuden con pequeñas tareas si es necesario. Lo más importante es mantenerse presente, escucharlos o jugar. Es difícil con un trabajo ajetreado, pero esos momentos con tus hijos, construyen y establecen ese vínculo”.