Carismático y querido, Carlos es papá de dos hermosas jóvenes y nos habla de lo que significa la paternidad: “Ser papá es la bendición más grande que Dios me pudo dar y le dio sentido a mi vida! Ser papá requiere dedicación, confianza y mucho amor, pero lo que recibo de mis hijas es 1.000 veces más de lo que me pude imaginar. Yo tuve la suerte de tener unos padres maravillosos y espero mis hijas estén tan orgullosas de mi como yo de ellos” y comparte también un poco de la distribución de su tiempo entre familia y trabajo: “No siempre es fácil encontrar tiempo para otras actividades, pero siento que es muy importante encontrar el equilibro entre el trabajo, la salud, la familia e incluso los hobbies. En mi caso busco incluir a mi familia en estas actividades para aprovechar el tiempo libre que tenga. Con mis hijas hago deporte, viajamos, jugamos juegos de mesa, vemos una película o simplemente cenamos juntos. Al final no es cantidad de tiempo, es calidad del tiempo compartido. A los hijos hay que darles una buena educación, pero sobre todo mucho amor. Lo material no es importante, es la educación dentro y fuera de casa; para que sean libres, independientes y capaces de enfrentar los retos de nuestro mundo.  Nuestros hijos deben aprender a ser libres, debemos dotarles de alas para volar alto, que sean humildes, conscientes de su entorno y sobre todo buenas personas”.

La persona detrás de los números de uno de los laboratorios más importantes del país también nos habla de la actual coyuntura: “deseamos un mejor país para nuestros hijos, para nuestras futuras generaciones. Un país con justicia social, estabilidad económica y oportunidades. Hay que ser conscientes de que se vienen tiempos difíciles, si bien como padre mi prioridad es mi familia, siempre busco enseñarles a mis hijas acerca de la situación actual y la importancia de aportar al país de forma positiva y yo creo que en estos momentos de incertidumbre es necesario unirnos como país y tratar de sacar adelante a Bolivia”.